martes, 7 de enero de 2014

Sobre lo sucedido en Cartagena en la reinaguración de su plaza




Para empezar, me siento orgulloso de poder alardear el éxito de la corrida en cuanto a asistencia a todos aquellos que me decían que ya a nadie le gusta eso y que el evento iba a ser un fiasco. Asistió un poco más de 3/4 de plaza (algo más de 10.000 personas), lo cual es de admirar en una ciudad que lleva 4 años sin corridas y en la que a su última apenas asistieron 4.000. Se demuestra una vez más que la tauromaquia no está destinada a extinguirse.  OLÉ!

Más sin embargo, en cuanto a la calidad de lo visto el día sábado podría decir que no me siento muy satisfecho.

Primero que todo, los toros no estaban bien presentados. Sin exagerar, un poco mejor o igual que los novillos de Achury viejo para la primera de Manizales. Sólo dos fueron medianamente aceptables, siendo muy generoso. 

Estos son los "toros" de Cartagena:


Estos los novillos para la primera de manizales:




y estos lo toros de Santa Barbara que se lidiaron ayer también en Manizales







Ademas, la falta de casta fue notable. A pesar de que algunos dieron buen juego en la muleta, ante el caballo daban pena. Apenas uno entró al caballo como dios manda (el tercero de Castella) pero y eso! Apenas fue un puyaso(como todos los demás). Quedé con ganas del segundo. Aunque no culpo a Castella, ¿para que lucir al toro ante un público que no disfruta el espectáculo en las varas?. Nada más notese los pitos cuando el picador lo castiga. Parecen más Antitaurinos que Fanny Pachón



Lástima que este tipo de protestas ocurran en gran parte de las plazas americanas.

Y aquí el vídeo de la primera y única vez que se intento poner a alguno de esos "toros" en el caballo por segunda vez.




Castella completamente deslucido con su primer toro, el cual debido a la mala labor del picador repetidamente perdía las manos por lo que al matador le tocó llevarlo siempre a media altura, además constantemente el astado le alcanzó la muleta. No definió bien con la espada. Oreja que no merecía.

En su segundo y tercero lo mismo de siempre. Mas sin embargo le aplaudo el que algunas veces se le vio cargando la suerte. No tuvo mucha suerte con la espada y a los toros les faltó transmisión; justo lo que necesitaba para sacarle una oreja más a cada toro. A mi criterio, y ubicándome en el contexto americano, las dos orejas que ganó si las merecía.

Respecto a Luis Bolivar, debo decirlo, me desilusionó. Tenía la esperanza de disfrutar de su estilo clásico, pero no vi más que alivió ¡pico de muleta everywhere!

Aquí el resumen de la corrida.

 Me reconfortó un poco verlo reiteradas veces citando desde lejos y luciendo trincherazos y trincherillas con verdad (uno de estos últimos le cobró una leve cojida). Pero algunas veces pasaba esto: 





Cuatro orejas para Bolivar entre su primero y segundo toro. Al segundo le propino un Estoconazo en todo lo alto que lo llevó al suelo en un abrir y cerrar de ojos. Un tercero sumamente manso al que Bolivar no le pudo sacar juego debido a que se mantuvo en tablas.

Pero ¿como culparlo de su regular actuación? si estaba ante un público, autoridad y empresarios sedientos de triunfo, tanto que hasta se escuchaba gritar "ole" a un subalterno que capoteando mantenía ocupado al toro mientras el rejoneador cambiaba de caballo.  Además, muchos turistas sin experiencia. "¿Para qué exponerme sí igual me darán mis orejas", pensaría el.

Se preguntará alguno "¿que pasó con las peñas tradicionales de la ciudad, con sus experimentados miembros?" Luego de haber apoyado y acompañado decididamente al empresario, no querrán ser ellos los artífices de la mala publicidad a la reinaguracion de la monumental.

Como aficionado Cartagenero que tiene los mejores deseos para su plaza, lo que menos pretendo hacer es darle mala fama y hacer que la gente no venga; todo lo contrario, quisiera hacer notar mi voz imparcial para exigir en una próxima oportunidad el espectáculo digno que el coso más hermoso de América se merece y hacer un llamado a aquellas peñas consolidadas en la ciudad que trabajen para garantizarlo, y así no recaer en los mismo errores que la llevaron a su olvido durante 4 años.


¡La fiesta brava en Cartagena no puede volver a morir!